Este es el discurso que transmite en los canales nacionales y privados la industria agraria. Sin embargo, las cifras, las poblaciones cercanas y los testimonios no concuerdan con dicho discurso.
La contaminación y desviación de los cuerpos de agua, las plagas de serpientes, zancudos, ratas y moscas, los trabajos de campo con baja remuneración, la destrucción constante de la naturaleza, la evasión de impuestos y un gobierno que no tiene instituciones fuertes y capaces de regular adecuadamente esta industria y sus graves efectos colaterales, contradicen el discurso de desarrollo y sostenibilidad.
La mayoría de los expertos concuerda que, la falta de datos, la poca capacidad regulatoria de las autoridades y la indiferencia de la población ante la problemática ha impedido que se aborde de forma integral. Esto provoca que se sigan violando derechos como a un ambiente sano, a un trabajo digno y otros fundamentales como el derecho al agua. Alejándose cada vez más del desarrollo sostenible.